sábado, 8 de marzo de 2014

LA TRANSGRANCANARIA 2014

Roque Nublo con sus 1.938 metros y con ese Teide, mirándose cara a cara, susurrándose historias de sus antiguos guanches e historias de todos los locos que, cada año, nos atrevemos a subir a ellos. 
Y yo me digo a mi misma, Isabel, porqué te tienes que inscribir en estas carreras? 
pues mirar, por que son una pasada, porque iban "mis amigos" porque, cuando estoy dentro del tinglado, me siento viva.

Comienza mi relato de la TRANSGRANCANARIA modalidad Advance año 2014

No recuerdo que tarde fuí a Desnivell a ver a mi amigo Rodrigo Camino, quien me dice "Isabelita, te vienes a hacer la TRANSGRANCANARIA?", yo le contesto: pero en que fechas, Rodri, porque yo con calor y en las islas que son volcánicas, puedo morir. Isabelitaaaaaa.... si es el 1 de marzo, venga, anímate que vamos unos cuantos, Marco Perry, los dos Sergios, los dos Javis... va, veniros tú Josico y tú... en fin, que me faltó tiempo para estar dándole a INSCRIPCIONES... a mi Jose, le inscribí en la modalidad Advance y yo en el Maraton. 

Pero, que hago yo inscribiéndome en la Maratón? así que, cuando veo el perfil y me doy cuenta que casi todo es para "abajo" me entra el nervio y llamo a Marco. Le pregunto si yo estoy capacitada para hacer los 82 km de esa peazo ultra isleña y Marco me dice: "lo que yo no me explico es que haces tú inscrita en la maratón..." jaaaaaa... vamos, que me falto tiempo para enviar correo a la organización y realizar el cambio de prueba. Cuando Jose, se enteró, por medio del facebook, casi me mata !!! 


Comienzan los entrenos para esta prueba, los primeros meses me salían unos entrenos perfectos, me encontraba muy muy fuerte, pero sabeis, siempre pasa algo... el destino me tenía guardada una pequeña sorpresa. 


De un día a otro, todo cambió, caí con depresión, ansiedad, no podía entrenar, no comía, no dormía... la angustia invadió mi mente y me arrastró a un pozo que me llevó a mi Gabriela. 
De aquí, a una anemía y de esta a una gripe. Faltaban menos de 25 días para la prueba y yo estaba totalmente rota, así que, cambié mi mente y dije, en Garañon me retiro. Cuando ya pude trotar, los entrenos eran cortos, apenas 11 km de asfalto y 15 de montaña, dos veces a la semana. Pilates y poco más. 
Y llegó el día, volamos hasta Las Palmas de Gran Canaria, con ese cosquilleo y con algo, dentro de mi, que me daba la esperanza de tal vez poder finalizar la prueba. 
Creo, que mi Sandra, esos últimos entrenos con mi amiga, me dieron una pequeña esperanza, GRACIAS de todo corazón, porque gracias a tí, volé a la isla con una esperaza y un quizas. 

Al día siguiente, nos levantamos y nos fuimos a dar una vuelta. Compramos algo de fruta y nos fuimos a por los dorsales. Quedaban dos días para la ultra, así que, toca alimentarse bien y descansar. 
Recogida de dorsales, sol, calor, paseos y... llegó ese 1 de marzo, 4 de la mañana, suena el despertador. Me despierto con esas ganas de correr que intento contener, ducha, desayuno, amigos, guagua, FONTANALES
Mi Jose estaba radiante y mis amigos, esas makinas de personas, estaban guapísimos. Foto y papeles de colores que volaron sobre nuestras cabezas. Comienza la ultra, por delante, 84 km. 
Yo, solo pensaba en controlar mis fuerzas, en llegar, poco a poco, a cada avituallamiento... 
Valleseco km 7.5: Jose me miraba y yo, iba más que cansada ... agarramos agua, algo de comer y seguimos. Llevábamo 1:20'; la lluvia nos acompañaba.  
Teror km 13.2: mis fuerzas comenzaban a escasear apenas podía correr y veía que Jose cada vez tenía que esperarme más rato, le pedí que me dejara alli, pero quiso acompañarme un poco más.
El sol comenzó a hacerse hueco y a calentar, nos quitamos las chaquetas y comenzamos a subir por esas escaleras empinadas. Yo, apenas podía dar un paso sin tropezarme, Al cabo de 30' le dije a Jose que se fuera y entre sudor y lagrimas, vi como se alejaba.
Agarre una botellita de esas que te compras y que solo utilizas en un caso así, la bebí y comencé poco a poco a encontrarme mejor y llegué a Talayón, km 20. Vacié los dos bidones y los llené de agua fresca con hielo. Subida de pinos y de sombra, asfalto, plazita y comenzamos otra bajada hasta Tejeda km 28.2; me quedaban 10 km para retirarme, aqui, las fuerzas comenzaron a fallarme de nuevo... asfalto y calor, mucho calor.... y de repente, encontré un riachuelo. Paré y me mojé. el agua estaba fresca y me sentó fenomenal. Al cabo de unos metros, me encontré otro y aqui, me moje piernas, brazos, cabeza, todo lo que podía mojarme... seguí subiendo y de repente, apareció nevado, precioso, grandísimo, brutal ... mi Teide. Esa imagen, jamás se me borrará de la mente, parecía que podía tocarle, ,me paré y respiré, imágenes comenzaron a revolotear en mi mente, cuando era pequeña y subía a tirarme con unos plásticos por sus laderas nevadas, cuando subía al cráter y olía a huevo podrido, pero a mi, ese olor, me encantaba... ese volcan dormido que ha me ha visto crecer me inundó e hizo,  que justo, en ese instante, mi suerte cambiase... detrás de mí, apareció CAROLINA, una peazo de rubia, de 175 metros de altura y con un caracter que me impresió. No sé el porque me invitó a seguir con ella toda la carrera, me arrancó del suelo y me metió en su mochila. Mis piernas comenzaron a sentirse ligeras, la subida al punto má salto de la isla, al Roque Nueblo, fué todo una risa, entre cuenta cuentos, chistes y demás chismoteos femeninos. Iba con una energía que no quería ni pensarla, para que no se me terminase...
Pisamos el punto de control y comenzamos a trotar hasta Garañón, km 38.3. Me encontraba fenomenal, así que comimos un plato de pasta, bebimos coca cola y nos cambiamos de ropa. Estuvimos unos 50 minutos allí, hasta que salimos trotando hasta la "bola del mundo" así es como Carolina la llamaba. 
Subimos, junto con el "fivefinguers" y volvimos a bajar, por un lugar precioso, entre volcánico y lunar. Aquí, comenzó a caer el día. Antes de llegar a la bajada del camino de la plata, nos colocamos los frontales. 

Tunte 51.1 km, tardó en llegar, pero todo llega y el recibimiento por parte de las personas que estaban en el avituallamiento, fué un abrazo de cariño y atenciones. Me cogieron los dos bidones, los llenaron y me ofrecieron bocadillos y fruta. Salimos llenas de energía, dirección al penúltimo collado de la carrera. Aqui, nos agrupamos más de 7 corredores, algunos venían de la noche de antes y otros, intentábamos terminar esos últimos kilómetros, de la mejor manera posible. Mas de 7 km estuvimos todos juntos, hasta que Carolina decidió comenzar a trotar. Apereció frente a nosotras un cartel con el KM 25 HASTA META y aqui llamé a Jose. "amor, dónde estas?, yo le contesté, no dónde estas tú?. Yo estoy en el penultimo avituallamiento, a unos 16 km de meta, a lo que yo le dije, pues corre corre, que te pillo, que yo estoy solo a 10 km detrás de tí. comenzó a reir y a decir, yo sabia que tú no te ibas a retirar, cabudeta mia?. quedamos en llamarnos cuando yo llegase a la meta. Colgué y comenzamos a bajar... madre mía, que bajada más mala!! ya me lo había avisado Carolina y también Jose, pero collons, que necesidad hay de hacer las carreras por lugares así? en fin, que llegamos, algo enfadadas, al avituallamiento de Arteara km 66. Estábamos algo cansadas, yo, sinceramente, tenía ya ganas de llegar, pero aún nos quedaban dos horas para pasar por debajo del arco de meta. 
Desde Arteara a Machacador, fue un infierno, que pista más larga!!! pero por fin, llegamos a el avituallamiento, último de la ultra y km 74.4 apenas paramos, el novio de Carolina estaba alli. Nos dio ánimos y nos dijo, en la meta os espero, campeonas. 

Yo, apenas tenía fuerzas y le dije a Carol, GRACIAS por todo, mi niña, aquí nos despedimos, corre, que yo ya no puedo más. Ella me tiró un beso y la ví alejarse.


La señalización era escasa, bueno, había sido escasa desde Arteara, pero pasado este ultimo avituallamiento, tenían que haber señalizado mejor ese giro a la izquierda. No se el porque Carolina se equivocó y la vi que seguía por la pista y aunque la llamé y silbé, no me escuchó. Yo, me metí a la izquierda, un vehículo parado con un señor durmiendo dentro, hizo que me diera cuenta de que el desvío iba por ahí, por una zona de mucha maleza que me llevó al principio del barranco... piedras, tropezones, adelantamiento de corredores que estaban totalmente destrozados, aplausos, km 1 hasta meta y por fin, ese arco tan esperado, 
Escuché mi nombre, estaba tan cansada que apenas pude saludar a la gente que seguí ahí, esperando a sus amigos y familiares, escuché el tiempo, 
19 horas y 5 minutos, respiré, me quité el chip; pregunté donde estaba la guagua que me llevaría a por mi chaleco de finiser. 
Llamé a Jose, como habíamos quedado y de un bote subí a la guagua. Llegamos al sitio de dónde, hacía unas 20 horas, habíamos salido y salí corriendo, escuché a Jose llamarme y le dije, vamos, amor!! pero me dijo, vete tú, te espero aqui!!! entre corriendo, bajo las miradas de asombro de todo aquel que me cruzada, agarré mi chaleco y salí corriendo hasta dónde estaba José, quien me beso y me dijo, "mira que eres cabezona, yo sabía que tú no te ibas a retirar, lo que no me explico es como estás así de bien!!!" yo me reí y le contesté, amor, voy de geles de cafeía hasta el pirri, jaaaaa.... Y bueno, esta carrera, que comenzó entre lagrimas y sufrimiento, que poco a poco se me fue metiendo en el corazón no sólo por sus paisajes sino por las personas de los avituallamientos y el cariño con el que te reciben y ayudan, esta carrera que terminó con un beso, y con mi corazón lleno de satisfacción, ya pasó... la alegría de su recuerdo, me llena de orgullo y de reconocimiento ante las personas que han leído que he sido capaz de terminarla

GRACIAS primero que nada, a mi Jose, por aguantarme y callar 
GRACIAS a mi amiga Sandra, por los últimos entrenos, tus palabras y consejos, y sobre todo, por creer siempre en mi, TE QUIERO amiga.
GRACIAS a todos los que me habeís enviado ánimos y palabras que me hacían eco cuando las fuerzas me fallaban
GRACIAS a mi naturaleza, a estas piernas que tengo y a mi pequeño gran riñón, que está ahí, aguantando mis locuras sin apenas quejarse.
Aquí dejo esta imagen,  mi mochila, la que llevé durante esas 19 horas y más de 82 km, y que cuando estaba preparándola, metí en ella, LA ESPERANZA.