Desde hacía casi un año que estábamos esperando esta carrera. Iba a ser impresionante, no por nada, sino por la gente que iba a estar disfrutando de ella. Todo el mundo me hablaba maravilla de la BEHOBIA de San Sebastián.
Así que el viernes 7 de noviembre, agarramos el avión con dirección al norte, de nuevo, a ese precioso lugar llamado Donostia.
Ya tenía yo ganas de ir a visitarlos, pues de las tantas veces que había subido, ya era hora. Me quedé boquiabierta!!!
Un lugar, brutal de bonito... y mira que no tiene nada, pero es una maravilla...
Desde más de dos kilómetros antes de llegar, nos cruzábamos con gente que ya traía la bolsa de corredor. Madre mía, más de 33 mil personas, mañana intentará cruzar la meta de la mítica carrera llamada BEHOBIA; yo ya comencé con ese cosquilleo en el estómago que me cambia el ánimo... por dios!! todo eran comentarios de las cuestas que tenía la carrera, que si la de GAINTnosequé, que el alto de Capuchinos que no, que el más duro es el de Miracruz, que si esto que si lo otro... mi cara se iba descomponiendo al mismo tiempo que mi estómago y de repente, miro a Jose y SE ESTABA PARTIENDO EL CULO.... y le digo "de que carajo te estás riendo?" y me dice, por favor, Isabel... lo de mañana va a ser un paseo, haz el favor de relajarte!!! cuestas? cuestas son las que subimos en las ultras de montaña, así que, no hagas caso, que eres más tonta.... jaaaa
En fin, que mientras que yo intentaba disimular ese panico antes de una carrera, Jose estaba más tranquilo de un ocho...
Agarramos dorsales, agarramos camiseta y eran ya casi las 3 de la tarde!! madre mía, vamos a comer que no hemos ni almorzado...
Nos metimos en el autobus que nos llevo a la parte vieja y de aqui, a un par de tascas con sus pinxos y xacolí. ñam ñam... esto si que está de vicio...
Nos fuimos de compras y al hotel a descansar.
EL DÍA !!!
Domingo 9 de noviembre, suena el despertador y vamos que nos vamos!!! como había tiempo de sobra, nos hizimos un gran desayuno en la habitación y el gerente de la pensión nos hizo un café que estaba más que bueno. Terminamos de acicalarnos y nos fuimos dirección a la parada del tren. Cuando salimos a la calle, estaba medio lloviznando y el aire era fresco tirando a "que ricooooooo!!" jaaaa.
Nos metimos en el tren que nos llevó hasta Irún. El tren me recordaba a el de Els Bastion, jaaa... todo el mundo vestido con colores chillones, gafas, gorras, calcetines, calcetas.. gente con caras de alegría, nervios y concentración.
Seguia chispeando y como llegamos tremprano, nos metimos en un bar y con pacienza, nos fuimos a ver como iban saliendo los cajones.
Jose saldría en el cajón de color azul el número 11, que salía a las 10.46 minutos y el mio, el último cajón, el 19, de color blanco, que salía a las 11.30.



Y, con este precioso perro de flores y con esta cara de felicidad, dejamos el norte para volver a casa. Al mediterráneo, al sol y al calorcito. Y sí que me gusta, pero que sepais, gente de vasconia, que os tengo guardaditos en mi corazón.
HASTA LA PRÓXIMA !!! agur...