Bien, la historia de subir a San Sebastian a correr la maratón, no sé exactamente cuando surgió, ya que nada más conocer a Jose, comenzaron a abrirse las puertas del cielo y con ello a quedar para hacer cosas juntos.
En un principio, iba a hacer la maratón, pero aún tengo ese mal sabor de boca con la media de Santa Pola y entre eso, la calor del verano y demás historias, decidí apuntarme junto con las chicas a los 10 km en 1 hora; así que, el viernes 23 de noviembre, pasaron a por mi y junto con 3 parejas y mi Josito, nos fuimos para las tierras de vasconia.
La primera noche fué explosiva, pinchos, vino, cañas, bailes... jajaja... llegamos al hotel cerca de las 2 de la madrugada y estábamos totalmente muertos de sueño.
Al día siguiente, o sea sé, el sábado, nos levantamos y nos fuimos a por los dorsales.
El día se despertó algo gris, pero no olvidemos
que estamos en el norte y esto es normal. Por el camino, un buen
desayuno, los nervios del día de antes de un evento y las bromas, Carlos estaba "acojonado" creo que no se rió más de 3 veces en todo el día, pobret..
Llegamos al estadio de la "Anoeta" y no serían mas de las 12 de la mañana pero el ambiente era brutal.
Alli me encontré con Robert y Encarni, fué una alegría!!!
Tuve una bonita visita de un gran amigo, Oskar... gracias, melenas.
Hoy si que nos iríamos pronto a la camita, mañana era el GRAN DÍA para ellos y para nosotras una gran aventura.
Domingo... el día llegó. Los nervios de Carlos y de su mujer se podian cortar con un cuchillo.
Geles, aspirinas, agua, tostadas... todo listo??? pues vamos para la zona de salida.
Por el camino, un café y una foto para el recuerdo.
La maratón comenzaba a las 9 de la mañana; estaba lloviendo pero no molestaba o es que no lo notábamos, jajajaja... los chicos se despidieron de nosotras y como espartacos valientes ante una güerra que iban a ganar, se pusieron con los demás corredores.
Salida de los maratonianos y en 10 minutos, nosotras.
Comenzamos a trote tranquilito, agarrando calor y ritmo en nuestras piernas.
El día estaba perfecto para correr.
El recorrido, aunque era por asfalto, me parecia precioso. Cada paso, cada bordillo, cada gota de agua, cada aplauso y chillido de "venga"... mis piernas estaban perfectas y mis tres compañeras iban como motos!!
En media hora nos colocamos en el kilómetro 6 y poco a poco fuimos aumentando el ritmo, hasta llegar a ir a 5.40 que era lo acordado.
Y de repente, el techo del estadio de la Anoeta, lo que no sabíamos era que habría que dar toda la vuelta a la pista de atletismo para entrar en meta, jajajaja, si es que en toda carrera hay una sorpresa!! Asi que a un ritmo de zancada larga y como atletas, entramos en meta. Tiempo unos 57 minutos... Y felices como perdices, recogimos nuestras camisetas y demás regalitos.
Ahora, no hacíamos más que pensar en nuestros chicos... así que nos quedamos a verles pasar el km 23. Y mirar que caras de felicidad!!
Se me pusieron los pelos de punta al ver la cara de Jose; como te puedo querer tanto!! Marchamos al hotel, ducha, maletas, furgo y de nuevo al estadio pero ya no nos dio tiempo a verles llegar.
Que pena, contra... lo siento, amor.
Y con cara de felicidad por haber superado esos 43 km, nos subimos a la furgo y comenzamos el camino para casa.
Atrás queda el recuerdo de las risas, los vinos, el olor de la playa de la concha, tus besos y tu calor... por que, me doy cuenta, que cada día estoy más unida a tí, por que cada día, TE QUIERO MÁS.
Gracias, Jose... contigo la vida es mucho más fácil.
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