viernes, 2 de noviembre de 2012

XIII OS FORATOS DE LOMENÁS

TORLA un pequeño pueblo a las faldas del maravilloso valle de Ordesa, un precioso y pequeñico pueblo entre los valles de Tena y Benasque, pues ahí, justamente ahí, fuimos a trotar este año.
Llevaba tres años detrás de esta carrerita, pero si tienes paciencia al final todo llega... saltaba de alegría al poder comprobar que este año si que podía ir a hacerla y más alegría me entró al poder preparar un paquete sorpresa a el culpable de que mis ultimos meses sean más que maravillosos. Así que con "vaca" en mano y aunque más vale tarde que nunca, el 26 de octubre estábamos subiendo para Torla.
Al día siguiente decidimos dar un paseo para calentar las piernas, así que nos asomamos a la cola de caballo. Los colores que había en la montaña eran una verdadera maravilla, los árboles estaban teñidos de naranja, amarillos, rojos, verdes... colores del otoño. El paseo hasta la cola de caballo fué precioso, había muchísima agua y el aroma de las hojas mojadas nos alegraban cada zancada. Llegando al prado, comenzó a caer agua nieve, por fín tenía frio!! mis manos comenzaron a sentir ese entumecimiento tipico de "HACE FRIO!" y me encantó. A mi lado estaba Jose, le dí la mano y caminamos sin prisa; puedo decir que en ese momento ERA FELIZ.
La vuelta fué algo más ligerita, nos esperaba una cervecita abajo, bueno, cervecita y bocata de longaniza!!! que ricooooooo
De ahí nos fuimos a por los dorsales, el 126 para mi y el 72 para mi mozo. 

Y llegó la noche, esa temida noche antes de una carrera, por qué lo paso tan mal? apenas pude dormir, me dolian las piernas, los pies, la cabeza, el estómago... esa sensación tan mala antes de una carrera es lo peor de todo, por que me salen dudas de si voy a poderla resistir, si voy a ser capaz de terminarla, si no me van a flaquear las fuerzas; sabía que iba a llegar de las últimas, era una carrera muy rápida y yo soy tan lenta. 

Apenas desayuné, mejor dicho, un café con leche y 5 visitas al cuarto de baño... y a las 9.40 de la mañana, ya estábamos en la plaza del ayuntamiento de Torla. Nunca, creo recordar, había asistido a una carrera con tan poco corredor. Por favor, Jose, no te avergüences de mi si llego la última, ya sabes que soy lentita, tú no te desesperes, ok? vete al hotel y ya llegaré yo... Hacía frio o eso me decía Jose, yo, sinceramente, no tenía, estaba tan nerviosa, que no sentía absolutamente nada...
Comenzamos a correr y para mi sorpresa, me sentía muy bien!!! mis piernas estaban perfectas, no estaban engarrotadas y mi corazón, pese a que estábamos a unos 1000 metros de altura, latía suave. 
Bajé, subí, troté por zonas preciosas, con agua, con hojas caidas, entre bosques, entre muros, por puentes y por pasarelas, me tuve que agarrar a unos cables para pasar por dos pequeños volados, agarrarme a los compañeros de la Guardia Civil de Rescate en Montaña para no resbalar en ese pequeño rio helado, bromear con la gente de los avituallamientos; pasé por el km 5 en 40 minutos, por el 10 en 40 minutos más, por el 15 y por el 20 con mucha fuerza. Comencé a tener calor y en la última subida, por que en toda carrera siempre hay una "putada" me tuve que quitar la manga larga y quedarme en porretas, QUE CALOR!!! y al final, llegué al último tramo y con esa sonrisa que me caracteriza, llegar a meta... 
Y llegue feliz gracias a que Jose estaba alli, esperándome, dándome la mano en esos últimos metros. Cuando le vi se me llenó el corazón de alegría y mis ojos de lágrimas, menos mal que tenía las gafas!!! jajajaja...
Pues nada, así fué como paso y así es como se me ha quedado otra bonita carrera en mis piernas y en mi corazón. Sé que no soy una buena corredora de montes o montañas, se que mis marcas, aunque esta vez corrí a 7:46 el kilómetro, no son buenas, pero también sé que solo se vive una vez e intento hacerlo de la única manera que conozco, A MI RITMO... 

Hoy, 2 de noviembre de 2012, he dicho adiós a una persona que apenas conocía pero que la tenía en mi corazón por que su hermana es una de mis sirenitas, la más guapa de mis sirenitas y cuando dices adiós a alguien que se te va de esa triste manera te das cuenta de que tienes que vivir TODO e intentar ser feliz, amar a aquellas personas que tienes a tú lado y respetar a aquellas otras que ya no lo están. 
Desde aqui envio un beso a estas últimas, por que un día fuisteis importantes en mi vida y por ese motivo nunca os olvidaré. 

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